Siempre y en todo momento cargamos al agobio de connotaciones negativas: nervios, manos sudorosas, corazón acelerado… Mas ¿alguna vez se te había ocurrido que aun el agobio puede tener su lado positivo?
Quizás sea la hora de marcar este punto de cambio…
¿Por qué razón no ver el agobio como un factor positivo en nuestra vida?
Si conseguimos cumplir con esta meta, seguro nuestra vida va a mejorar. Como es prácticamente imposible borrarlo de nuestras rutinas, podemos cuando menos procurar percibirlo como un factor positivo en nuestro día tras día…
De esta manera es: una respiración más veloz o bien la aceleración de nuestro ritmo cardiaco asimismo pueden ser signos de que nuestro cuerpo está repleto de energía y pronto para encarar y superar cualquier reto. Realmente, tu corazón se prepara para la acción y tu respiración está anegando de oxígeno a tu cerebro.
Entonces, ¿qué sucede cuando mi pensamiento cambia?
El poder de la psique es increíble y te aseguro que si lo utilizas en tu favor, vas a poder darle un giro de ciento ochenta grados a tu vida.
En lo que al agobio respecta, estudios han comprobado que valorar al agobio de forma negativa aguza su efecto dañino, al paso que apreciarlo de forma positiva, ayuda a reducirlo, calma la ansiedad y robustece la autoestima. ¿Quizá no es excelente?
Las personas conscientes son un caso a proseguir. ¿El motivo? Han aprendido a vivir en el instante presente y, como consecuencia, gozan de la mejor calidad de vida.
La vida es una sola, entonces, ¿qué te semeja si aprendemos de estas sabias personas? Ellas…
¿Nuestra recomendación? La próxima vez que te sientas sobrecargado recuerda que el agobio no es tan malo y que realmente es buen aliado de tu desempeño. ¡Solo debes emplearlo en tu favor!
Aunque el agobio habitualmente puede ser negativo para tu salud, una cantidad conveniente del mismo puede producir en tu cuerpo el nivel perfecto de alarma, mejorando tu actividad cognitiva y de comportamiento. El agobio asimismo ayuda al humano a superar una situación amenazante, “evaluada como tal o bien que pone en modo defensivo frente a un riesgo, y ayuda al humano a subsistir, al contrario, una actividad no deseada, desapacible, bastante difícil y prolongada significa un agobio no saludable o bien dañino, que podría producir depresión en la persona.
La investigación efectuada por Kaufer y Elizabeth Kirby de la Universidad de Berkeley ha probado que el agobio agudo –el género de agobio de corta duración– prepara al cerebro para un mejor desempeño. En estudios con mamíferos se verificó que los acontecimientos agobiantes esenciales mas breves hacen que las células madre del cerebro abunden en nuevas células inquietas que, un par de semanas después –cuando son totalmente maduras– mejoran el desempeño mental del animal.
Aun la sicóloga y especialista Kelly McGonigal nos anima a ver el agobio de forma positiva. El agobio negativo ocurre cuando el individuo estima que la situación que encara es amenazante, que supera los recursos de los que dispone para encararla.